A Víctor
le encantan los trenes y viviendo en Madrid aún no nos habíamos pasado por el Museo del Ferrocarril, ¡ya tiene delito!. Este fin de semana hemos aprovechado que venían a visitarnos sus primos de Zaragoza, Ramiro y Carlitos para hacer todos juntos una visita al museo y han salido todos encantados.
El solecico nos acompañó toda la mañana. Lo primero que pudimos ver, mientras esperábamos a la familia, fue la locomotora que está antes de entrar a la estación, para verla no hay que pagar entrada y fue toda una experiencia para Víctor por lo enorme que era, sobre todo comparándola con su tamaño.
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Lo mejor de todo es que la podía tocar... ¡cómo pesan esos ganchos!. |
Dentro del museo compramos las entradas para todos los adultos (6 €/persona), los menores de 4 años no pagan. Los domingos aún sale mejor de precio, cuestan sólo 2,50 €/persona.
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La abuelita, los tíos, los primitos, Víctor y su papá. |
Algunos vagones están abiertos y se puede entrar dentro, así fue como empezamos la visita.
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¡Pasajeros al treeeeen!. |
En otros sitios no se podía entrar pero se podía mirar a través de las ventanillas.
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Viendo las entrañas del tren. |
Y siempre que podíamos nos subíamos al tren por la parte de fuera.
En una sala se podían tocar los cuadros de mando de trenes antiguos.
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¿A ver qué hacen estas palancas?. |
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¡Esto está chupado!, ¿dónde me saco el carnet de maquinista?. |
Después de dominar los cuadros de mandos toca entrar en el vagón del carbón.
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Víctor y su primo Carlitos aprendiendo a poner el tren en marcha. |
Luego entramos a una sala de maquetas de tren en funcionamiento.
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No perdían detalle mirándolo todo. |
Los primos se lo pasaron genial en el museo, muy recomendable para los fans de los trenes.
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Los tíos María y Carlos con los primitos Ramiro y Carlitos, Víctor y su mami. |
Qué mejor manera de finalizar la visita que tomar un aperitivo en el vagón cafetería de un tren.
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Los primitos Carlitos y Ramiro, el tío Carlos, Víctor y su papá. |
Pero no nos íbamos a marchar de ahí sin un recuerdo... su abuela le compró a Víctor un tren con maquinista, luces y música y sus papis le compramos a Brewster, un trenecito de su serie favorita de trenes: ¡Chuggington!.
Un plan estupendo para ir con los pequeños.
Está muy chulo, y creo que es ahí donde los domingos hay unos trenecitos en miniatura donde te puedes montar y dar una vuelta. Nosotros fuimos el verando pasado y nos encantó
ResponderEliminarAh, mira pues eso no lo sabía, la próxima visita intentaremos hacerla en domingo a ver si vemos esos trenecitos :)
Eliminar¡Me encanta este Museo! Tengo gratos recuerdos de cuando era pequeña. Me parece una excursión genial para compartir en familia, veo que lo pasasteis de maravilla. Un besazo enorme.
ResponderEliminarSí, a ver si nos animamos y visitamos otros museos, la experiencia fue muy buena. ¡Un beso!.
EliminarOh, la carita de emoción de Víctor, un encanto!! Mi enano también es un loquito por los trenes, y cada vez que puedo lo llevo a algún juego mecánico o paseo en tren, pero son tipo tour, es decir, asemejan a un tren... ojalá algún día tengamos la oportunidad, estando pequeño aún, que pueda ver un tren real por dentro y "manejarlo"!!! ya me lo imagino saltando de la alegría. Un beso.
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