sábado, 30 de agosto de 2014

Lactancia y guardería son compatibles

Algo que me preocupaba mucho cuando me decidí a llevar a Víctor a la guardería era el tema de la lactancia. Cuando te vas a separar de tu peque durante horas, ya sea que le vayas a dejar en la guardería, o con una cuidadora en casa, o con los abuelos, si le das el pecho cabe la posibilidad de terminar con la lactancia... o no.

La primera opción que te recomienda la gente es la de sacarte leche y congelarla para dejársela a los cuidadores en tu ausencia o, si ya son mayorcitos y están con alimentación complementaria y ya no necesitan la leche como único alimento, al menos sacarte leche para no ir perdiendo la producción. Y hasta ahí son los consejos que había escuchado/leído para no perder la lactancia con tantas horas sin el pequeño.

Problemón para mí, yo no consigo extraerme la leche, ni con sacaleches, ni manualmente, debe ser por un trauma que cogí en el hospital cuando di a luz, pero ese es otro tema que algún día me animaré a contar.

Y si no consigo extraer leche ¿qué va a pasar?, pues os cuento lo que me pasó a mí, por si a alguien le puede servir.

En la adaptación de la guardería el primer mes lo pasé con él, al principio estábamos unas horas en la guardería y las íbamos aumentando al pasar los días y en ese tiempo que estaba yo con él. Lo primero que me pedía Víctor nada más llegar a la guardería era teta, le daba y entrábamos en clase. Ahí en un rinconcito de la guardería para no interferir y con Víctor pegado a mis faldas, cuando quería teta me lo pedía (con gestos, ya que con 13 meses aún no sabía decirlo con palabras) y yo lo primero que le decía era que la profe le iba a dar agua, la profe ya estaba avisada, le dije que con el gesto de leche le diese agua, pero claro estando yo ahí eso no colaba, así que le tenía que dar teta.

Llegó el momento de dejarle toda la mañana en la guardería, le dejaba 4 horas, así que nada más entrar en la guardería le daba el pecho, pasaban las 4 horas y yo iba aumentando tallas de sujetador en ese tiempo y cuando le recogía lo primero que me pedía era teta y ahí volvían a su tamaño, jeje. Que muchas diréis, 4 horas no son nada, pero es que mi peque estaba en el pecho seguido, cada hora, cada media hora, cada 5 minutos pidiendo teta, día y noche, 4 horas para mí sin darle el pecho era una proeza.

Relajado haciendo lo que más le gusta.

A las pocas semanas me decidí a dejarle 6 horas en la guardería y ya no noté diferencia, mi cuerpo se estaba acostumbrando y él también. Tomaba el pecho antes y después de la guardería y por las tardes y noches volvía a su ritmo habitual de teta, teta y más teta.

Yo no he notado que me baje la producción y él tampoco ha notado que me baje la producción. Víctor entró en la guardería con 13 meses y día de hoy con 19 meses seguimos con la lactancia.

¿Habéis tenido que destetar por la guardería?, ¿habéis encontrado alternativas o ayuda para seguir con la lactancia?.
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miércoles, 27 de agosto de 2014

Primera separación, la guardería

Los primeros meses nos estuvimos pensando mucho lo de llevar a Víctor a la guardería, aunque había veces que yo necesitaba algo de cobertura ya que a todas partes a donde iba tenía que ir con él. Es lo que tiene tener a la familia lejos y al marido trabajando y viajando cada dos por tres, que no tengo a nadie con quién dejarle un par de horitas y al final no tengo ni un minuto libre.

Nos costó mucho, estuvimos mirando y remirando, preguntando por aquí y por allá, pero está claro que al final te tienes que fiar de tu instinto y elegir la guardería que más se acerque a tus expectativas.

En mi caso lo que más miedo me daba era la adaptación de Víctor. Nunca se ha dejado coger por nadie mas que por sus padres, nunca. Llora, chilla, se retuerce y hasta vomita cuando alguien ajeno le coge en brazos. Ha pasado hasta con sus tías y sus abuelos y cada vez menos pero aún pasa. Con esta perspectiva veía complicado lo de la guardería, pero también era otro de los motivos por los que queríamos llevarle, para que se acostumbrase a estar con más gente que con papá y mamá.

Al final encontré una con un periodo de adaptación ilimitado, duraba lo que fuese necesario, tenía muy buena pinta, así lo que lo iba a intentar.

Víctor entró con 13 meses y medio y yo entré con él. Los primeros días estábamos sólo un par de horas, yo estaba en su clase, en un rinconcito para que me sintiese a su lado pero sin interferir en la clase, sin interactuar con el resto de niños ni con la profe. Como os podéis imaginar Víctor no se separaba de mí.

Una de las razones por las que estábamos tan poco rato era porque Víctor tenía unos horarios de siestas (¡con lo que me había costado acostumbrarle a esos horarios!) que se trastocaban completamente ya que en la guardería no hacían siesta por la mañana, así que al poco rato de entrar se empezaba a caer de sueño y nos teníamos que marchar.

Así estuvimos un par de semanas, luego fuimos aumentando las horas y Víctor se iba haciendo a los horarios y a la profe (a los demás niños no, ya que a esa edad los niños no juegan entre sí, sólo se quitan los juguetes, porque lo que tiene uno le apetece al otro). Poco a poco yo hacía salidas cortas de la clase, salía fuera y empezaba a llorar... otra vez adentro.

Nos costó, pero después de un mes vimos que ya no iba a sufrir tanto la separación así que le dejaba con la profe, lloraba un par de minutos y en seguida se le pasaba. Así estuvo un par de meses más, y aun ahora, con 19 meses, se agarra a mi pierna cuando llegamos y a veces llora y otras se queda contento. Pero veo que una vez ahí está feliz, baila, pinta, come, luego duerme siesta y cuando le voy a buscar corre contento hacia mí y se lanza a mis brazos.
¡Es un artista!


¿Habéis llevado a vuestros peques a la guardería?, ¿tuvisteis periodo de adaptación?, ¿se os hizo muy dura la separación?
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domingo, 24 de agosto de 2014

Cincuenta sombras de Maricarmen

Siguiendo la estela de otros blogs como Mamis y BebésLa Madre Novata y Caminando con Marc aquí os desvelo 50 datos curiosos sobre mí.



  1. Soy bastante desordenada.
  2. Soy tímida, pero me esfuerzo para que no se note mucho.
  3. Soy muy impaciente.
  4. No me gusta que me hagan esperar. Me molesta la impuntualidad.
  5. No tengo ningún piercing ni tatuaje.
  6. No llevo pendientes porque me resultan molestos, aunque me los pongo en algunos eventos porque reconozco que lucen mucho.
  7. No llevo colgantes ni collares.
  8. Soy fan de Los Simpsons
  9. No me gustan mis pies ni los de nadie. Los únicos pies que veo bonitos son los de mi hijo, totalmente comestibles, jiji.
  10. Me siento incómoda con los saludos en forma de beso o el contacto físico en general. No me parece mal que me saluden o despidan con dos besos pero no sale natural se mí.
  11. Nunca he tenido hambre hasta quedarme embarazada.
  12. Antes de quedarme embarazada teníamos pensado el nombre de nuestra hija.
  13. A las 15 semanas de embarazo nos dijeron que íbamos a tener un niño y tuvimos que pensar un nombre para él.
  14. Tengo vértigo.
  15. El vértigo lo manifiesto también sobre mi hijo. Me da pánico verle en brazos de mi marido cuando se acerca a una ventana abierta o a una barandilla.
  16. Con en embarazo y ahora con la lactancia en vez de comer degluto los alimentos.
  17. No sé cocinar, pero me estoy esforzando en aprender algo.
  18. Tampoco sé coser ni hacer manualidades.
  19. Me gusta mucho leer pero no dedico el tiempo que me gustaría a esa afición.
  20. Me gustan los comics de Asterix.
  21. De pequeña no fui nunca a la playa.
  22. He llevado el pelo de mil maneras, rizado, liso, muy corto, muy largo, naranja, rosa, con mechas, con y sin flequillo.
  23. Me gusta cantar cuando escucho música, aunque creo que desafino bastante :P
  24. No me gusta el fútbol, tengo manía a todo el circo y agresividad que conlleva.
  25. No me gusta correr.
  26. No estoy en forma.
  27. No soy nada constante.
  28. No sé mentir. Aunque lo he intentado alguna vez.
  29. No me gusta ver una peli empezada. La tengo que ver desde el inicio hasta el fin. Aunque no me guste la peli.
  30. Desde que soy mamá sólo he visto una vez una peli entera. La demás las he visto con interrupciones y en distintos días.
  31. Me gusta el chocolate con leche. El chocolate negro no me va mucho.
  32. Me gusta escribir.
  33. Me fastidia cometer faltas de ortografía. Y sí que las cometo, grrrrrr.
  34. Me fastidia leer faltas de ortografía ajenas. Si es una o dos no me importa pero más me pone de mal humor.
  35. Antes del embarazo era muy friolera.
  36. Son los años que tengo.
  37. No quiero jugar a juegos de ordenador porque me engancho con mucha facilidad y se me pasan las horas sin enterarme.
  38. No fumo y si alguno de mis amigos fuma no me canso de decirle lo bien que estaría sin el tabaco. Es mi cruzada particular.
  39. No me gusta conducir y me da mucha pereza coger el coche.
  40. No soporto los programas de la tele de cotilleos, tertulias y discusiones, donde se quitan la palabra y hablan varios a la vez, me cabrean un montón.
  41. Me gustan mucho los perros y los gatos pero les tengo alergia.
  42. Me encantan las tormentas, los rayos y los truenos.
  43. Me apasiona ver llover.
  44. Me gustan los fuegos artificiales.
  45. Me pasaría horas oliendo a mi hijo.
  46. Víctor me vuelve loca y me cabreo mucho con él, pero con una sonrisa suya le perdono todo.
  47. Estoy en paro desde que vine a Madrid.
  48. No me gusta hablar por teléfono, me siento incómoda.
  49. Me gusta recibir cartas por correo, pero me da pereza contestar. Ahora sólo recibo alguna postal navideña y poco más.
  50. Mi familia es de un pueblo de Teruel y he heredado mucho vocabulario de ahí, a mi marido le hacen gracia mis palabros.
¿Tú también tienes sombras?, ¿te animas a contarme alguna?.
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jueves, 21 de agosto de 2014

¿Zapatos?, no, gracias

Uno de los primeros regalos que me hicieron para Víctor cuando estaba embaraza fueron un par de zapatillas monísimas de bebé. Si no recuerdo mal era de Adidas y eran iguales que unas de adulto pero en tamaño mini, una pocholada. No fueron las únicas que me regalaron, luego algún par más de zapatitos cayeron.

Y nació Víctor y los rechazó todos. Pero contundentemente, con llantos rabiosos y desconsolados, y yo no quería que lo pasara mal y no insistía. A las semanas volvía a probarlo y misma reacción, llorar y negarse a usarlos, desde que nació lo ha tenido claro, no quería zapatos. Y yo que lo paso mal cuando llora pues tampoco le forzaba. Y es que para qué, ¿para qué le he de poner zapatos cuando no anda?, para lucirlos sí, pero para presumir YO de bebé con zapatitos bonitos, 'para presumir hay que sufrir', pero ¿he de hacer sufrir a mi bebé para presumir yo?, PUES CLARAMENTE NO.


Mi bebé lo tenía claro y yo también, nada de zapatos. En los meses de invierno (Víctor nació en enero) con unos calcetines gorditos era más que suficiente, en verano no necesitaba calcetines y usaba unos finitos para los días que hacía algo de fresco. No se necesitan zapatos.

Al año Víctor ya andaba y seguía sin querer zapatos, bueno, es verdad, ahí me empecé a estresar un poquito. En casa seguía usando calcetines, pero con goma antideslizante, con eso era suficiente, pero para la calle si quería andar era más peligroso ir sin zapatos. Como era invierno y hacía mucho frío tampoco le sacaba al parque a andar, por la calle le paseaba en el carrito y que andase por casa, así que no había problema.

Cuando empezó en la guardería, con 13 meses, me pedían zapatos para él, porque en clase andaban descalzos pero tienen un patio con arena para jugar, un pequeño huerto... y ahí ya me estresé algo más. El primer mes no conseguí que aceptase los zapatos, así que nos seguíamos apañando con los calcetines. Por suerte no tardó en aceptar los zapatos, en parte porque veía a los demás niños ponérselos todos los días cuando salían al patio y en parte porque el contacto con la arena le asustaba y con los zapatos ya no lo notaba tan raro.

Actualmente es él el que me pide que le ponga los zapatos, los ha aceptado muy bien, pero en casa sigue yendo descalzo o con calcetines la mayoría de las veces. ¿Acaso no nos descalzamos nosotros y nos ponemos las zapatillas de casa para estar más cómodos?, para mi los zapatos son un sufrimiento y no creo que haya que abusar de ellos.

Por si os quedan dudas aquí hablan de un estudio que dice que los niños descalzos son más felices e inteligentes.

¿Vuestros peques han aceptado los zapatos sin problemas?.
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lunes, 18 de agosto de 2014

One Lovely Blog Award

No sabéis la ilusión que me hace, acabo de empezar con el blog, no lleva ni un mes de vida y ya me han dado un premio, ji ji.
[Por exigencias del guión esta entrada es más larga de lo que acostumbran a ser]

La autora del blog Nueve meses Y un día después que empezó su blog un día después de animarme yo ha sido la que me ha nominado para este premio, ¡muchas gracias maja!.


Las dos hemos empezado los blogs con mucha ilusión y este premio es una manera de dar a conocer los nuevos blogs que se van creando y en este mundo de la maternidad somos muchas las que nos lanzamos a desahogarnos en las redes y hay muchas blogs nuevos que realmente merece la pena descubrir, así que es fantástico que se hagan iniciativas como esta. Aunque he de decir que la mayoría de los blogs que he nominado tienen ya un año o más :P

Para recoger este premio contestaré al cuestionario que me hacen.

1. ¿Por qué te decidiste a abrir un blog?
Desde el embarazo me rondaba por la cabeza crear un blog y mi marido me animaba a ello, pero no encontraba el tiempo ni la inspiración para hacerlo. Soy de las que le da mil vueltas a las cosas y quería prepararlo todo bien, pero a la vez me daba pereza ya que no conocía nada del mundo de los blogs y era tanto lo que había que mirar... dónde crearlo, qué escribir, qué diseño, colores, logo, enlaces... en fin, mucha pereza. Al final me decidí a lanzarme a la piscina sin mirar nada, así de golpe, voy improvisando y retocando, así que no os asustéis porque hasta que esté contenta con el resultado puedo darle mil vueltas a este blog, soy muy perfeccionista :P

2. ¿Qué es lo que no te esperabas de tener hijos? ¿Es la maternidad como te creías/te contaron?
No tenías muchas espectativas puestas en la maternidad ya que nunca me había planteado seriamente ser madre, pero definitivamente no se parece mucho a lo que me había imaginado, ni a las fotos que se ven de niños felices dormiditos sobre el pecho de sus mamás o disfrutando de un baño o haciendo gracietas a otras personas cuando les cogen en brazos, definitivamente nada de eso se ha cumplido con mi hijo. 

3. ¿Te parece más importante mantener actualizado el blog o hacerlo cuando tengas algo interesante que contar?
Son tantas cosas las que quiero contar que o me freno o todos los días publicaría entradas nuevas, como ya he dicho antes hace mucho que quería escribir y tenía ya ganas de desahogarme. Es importante actualizar el blog para no perder lectores, eso está claro.

4. ¿Cómo empezaste a interesarte por los blogs y de qué temáticas los sigues?
Hace muchos años que voy picoteando blogs de diversas temáticas, de los que me enteraba por enlaces de Facebook, de Google+, pero principalmente a través de Twitter. Al entrar en el maravilloso mundo de la maternidad todo son dudas y todas las experiencias de otras madres son un consuelo o referencia para mí, así que ese tipo de blogs son los que más leo últimamente.

5. ¿En qué redes sociales estás? ¿Tienes red social personal y del blog separadas?
Como ya he dicho antes estoy en Facebook, Google+ y Twitter, pero no tengo redes sociales del blog en particular, las cuentas que tengo son personales y en la que más publicito mi blog es en la de Twitter, por eso en este blog tengo un enlace a mis cuentas: @mcarmenlop y @vbaeyenslop.

6. ¿Qué aspectos consideras más importantes a la hora de comenzar y de mantener un blog?
La ilusión. Es lo único importante y si tienes ilusión tienes constancia para publicar, van de la mano.

7. ¿Te "quita" mucho tiempo el blog?
De momento las entradas que escribo suelen ser cortitas (esta es una excepción), así que se escriben solas, aprovecho cuando está mi marido en casa y puede encargarse un ratico de Víctor o cuando está en la siesta. No me quita mucho tiempo.

8. Algo que te haya sorprendido positiva y negativamente en relación con tu blog
Llevo muy poco tiempo así que de momento no hay nada negativo, me hace ilusión ver las estadísticas y los comentarios de la gente me encantan.

9. ¿Cuáles son las cosas que más te gusta/gustaría hacer con tu/s hijo/s?
Me encanta ver sus avances, estar con él en sus primeros pasos vacilantes, en sus primeras palabras, es alucinante el ritmo que tienen de aprender y descubrir, así que poder estar con él jugar y verle reír es lo que me hace feliz.

10. ¿Qué te preocupa más de su educación?
De momento no me preocupa mucho su educación, en casa haremos lo posible por que sea la mejor que le podamos dar.

11. ¿Te ha hecho ilusión el premio?
Imagínate, sólo hacía dos semanas que creé el blog cuando me llegó tu nominación, ¡pues claro que me hace ilusión!.

Mis nominadas son:
Este es el cuestionario al que tenéis que responder.
  1. ¿Por qué empezaste a escribir tu blog?
  2. ¿Has tenido problemas o conflictos con alguna persona por escribir en el blog?
  3. ¿De dónde sacas las ideas para las entradas?
  4. ¿Haces algo para que te visite más la gente o sólo escribes y que te lea quien quiera?
  5. ¿Tu familia y amigos cercanos saben que tienes blog?
  6. ¿Qué es lo que cambiarías de tu blog y por qué no lo has hecho hasta ahora?
  7. ¿Tienes blogs de otras temáticas?
  8. ¿Qué blogs te inspiran o te gustan más?
  9. ¿La maternidad te ha hecho cambiar en algún aspecto de tu vida (a parte de dormir menos)?
  10. ¿Ha cambiado tu círculo de amistades desde que eres madre?
  11. ¿Dónde pasarías las vacaciones de tu vida si el dinero no importase?

Reglas a cumplir para recoger el premio.
Agradecer el premio a quien te nominó
Responder el cuestionario de 11 preguntas.
Nominar 11 blogs que estén empezando
Informar a tus 11 nominados



¡Muchas felicidades a los nominados!, espero leer vuestras respuestas pronto ;)

miércoles, 13 de agosto de 2014

Comunicándome con mi bebé

¿Conocéis la lengua de signos para bebés?, yo hace meses que lo uso con Víctor y estoy muy contenta. Se puede empezar a usar desde los primeros meses aunque los bebés empezarán a signar, si sois constantes, a partir de los 9 meses (en concreto mi peque empezó a los 12 meses), como con todo cada bebé tiene su ritmo, pero cuando empiezan a señalar ya son capaces de signar.

Lo he recomendado mucho y no me cansaré de hacerlo porque lo estoy disfrutando y Víctor también. Ahora qué está aprendiendo a hablar sigue siendo muy útil, es capaz de decirme que quiere bañarse (palabra algo complicada para pronunciar pero súper sencilla de gesticular), que quiere jugar más rato, comer más cantidad o que le pongas más música. Y antes de aprender a hablar ya sabía pedirme leche y se la daba sin tener que descifrar sus llantos o nerviosismo. Además cuando pronuncio la palabra que está signado (Por ejemplo, ¿Quieres bañarte?) y ve que le entiendo se pone muy contento. Interesante, ¿verdad?.
Signo de CAMA de la app Learn ASL
Estoy usando el lenguaje de signos americano (ASL), ya que es el que más material tiene (y ya de paso se les puede empezar a introducir algo de inglés si se quiere).

Inicialmente hay que enseñarles de 3 a 5 signos y cuando ya empiecen a signar se va aumentando, así que los primeros signos pueden ser las palabras que más se usen (Papá, Mamá, Comer, Más y Leche, por ejemplo). Más adelante hay que introducir los signos que más útiles sean, acciones cotidianas, cosas que le gusten a tu hijo.

Con esto conseguimos comunicarnos y entender mejor a nuestros peques antes de que sepan hablar o cuando están empezando. Los bebés tienen más facilidad para signar que para hablar, así que se reduce la frustración al poder comunicarnos a tan temprana edad. También se puede usar con niños más mayorcitos, se lo pasan pipa comunicándose con los gestos, lo he comprobado.

Os dejo algunos enlaces interesantes.
La web Baby Sign Language tiene un diccionario de signos y flash-cards muy completos que se pueden consultar online gratis.

Learn ASL es una app buenísima que te explica con vídeos las más de 300 palabras que se pueden emplear con bebés. Recomendadísima y cuesta sólo unos 3€, merece la pena. Eso sí en inglés. Dejo enlace para iPhone y para Android.

Si quieres aprender más te puedes descargar un ebook gratuito con las primeras palabras para empezar a usarlas desde hoy mismo. También puedes seguir la página Signa con tu peque donde encontrarás más información y donde ofrezco talleres de lengua de signos online para que puedas asistir desde tu casa y aprender esta maravillosa herramienta de comunicación que reducirá las frustraciones de tu peque.

¿Habéis probado el lenguaje de signos con vuestros hijos?, ¿cuál es vuestra experiencia?.
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sábado, 9 de agosto de 2014

El chupete, historia de amor y odio

Antes de que naciera Víctor me leí muchos libros de maternidad, de lactancia, de crianza, vamos que no tenía ni idea de lo que era tener un bebé y me interesaba el tema, obvio. Pues una de las cosas que leí era que si se quería dar el pecho (y yo quería) el chupete podía interferir, así que durante el primer mes y hasta que se estableciera la lactancia estaba desaconsejado y yo hice caso así que nada de chupete.

Después del primer mes y viendo que su agarre al pecho era correcto me arriesgué y le intenté poner el chupete, pero resulta que no le gustaba. ¿Acaso a algún bebé que haya probado el pecho le gusta un cacho de silicona o latex que es una mala imitación de un pezón y encima no da leche, ni calorcico, ni huele a mamá?, vamos que lo normal es que lo rechacen. Pero nosotros estábamos agotados de sus lloros continuos y sólo buscábamos algún minutillo de paz así que lo intentábamos una y otra vez, por supuesto sin forzarle.


A los dos o tres meses empezó a aceptarlo y nuestros oídos y nervios lo agradecieron, aunque no lo aguantaba mucho rato y no siempre lo quería, pero era un pequeño logro para nosotros. Sólo lo usaba cuando estaba nervioso o lloriqueando, pero no cuando estaba en pleno berrinche, entonces si le acercábamos el chupete lo apartaba y se lo quitaba con rabia.

También lo usábamos para relajarle por las noches y que se durmiese, a veces se dormía con el chupete puesto pero si se le caía no se despertaba, es una suerte, otros bebés se despiertan y lloran hasta que lo encuentran y se lo vuelven a poner. A veces lo usaba para darle el cambiazo, porque se dormía al pecho y no se soltaba y cuando ya me dolía la espalda de la postura le soltaba del pecho y como me iba persiguiendo con la boca abierta y los ojos cerrados aprovechaba para meterle el chupete y a veces lo aceptaba y otras no y tenía que volver a darle el pecho para que se volviese a dormir.

Nunca ha tenido mucha afición por el chupete, ahora lo tenemos básicamente para la guardería, ahí se echa una siesta después de comer (aún no sé cómo lo hacen porque en casa no conseguimos que se duerma sólo), pero sólo se duerme con el chupete puesto, así que pensamos que cuando decidamos quitarle el chupete definitivamente no será muy traumático.

¿Cómo es la relación de vuestros peques con el chupete?, ¿les costó aceptarlo?, ¿fue dura la retirada del chupete?.
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miércoles, 6 de agosto de 2014

Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres...

...y mirando el reloj y seguimos sin dormir.
Yo ya llevo entrenamiento, siempre me ha costado bastante conciliar el sueño, muchísimo, demasiado.


Luego llegó el embarazo, uffff, entre los reflujos, la acidez de estómago, la tripota que no me dejaba elegir muchas posturas y yo que he sido de dar mil vueltas en la cama y me veía atrapada tumbada de medio lado, pero ojo, que encima ha de ser hacia el lado izquierdo.

Yo no dormía y la gente no hacía mas que decirme "Aprovecha, duerme ahora, que si no luego ya verás..." y lo vi y lo veo y lo sufro, pero no en silencio que para eso he creado un blog, para desahogarme, ¡leñe!.

Y luego llego mi hijo, más majiiiico, más guapo, más llorón... un montón, por todo, a todas horas, con todos.

Pasados los meses los llantos fueron disminuyendo, al menos por las noches, la verdad es que no me puedo quejar, ha sido muy conformadico para dormir por las noches, le ha costado muuucho coger el sueño, pero cuando lo cogía no se despertaba hasta las 6, bueno, más o menos.


Vale, sí, sí que se despertaba, cada hora, cada media hora, ¡¡¡cada 5 minutos!!!, pero sólo para pedir teta y cuando tenía lo que quería se volvía a dormir, pero yo no, ¡maldito insomnio!. Lo he intentado todo, engañarle con un chupete, nada, es muy listo; darle agua en biberón, que no, que no cuela; intentar convencerle con palabras de que se vuelva a dormir y que me deje descansar a mi también (sí lo sé, cómo se me ocurre, se me va la pinza). También he probado con tila, con valeriana, relajación a través de respiraciones controladas y profundas. NADA FUNCIONA.

Que rabia da, verle dormir y no poder aprovechar sus horas de sueño para dormir yo también.

¿Tenéis algún remedio milagroso?, ¿habéis pasado por esta tortura de privación del sueño?.
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domingo, 3 de agosto de 2014

Guarreando con la comida (Baby Led Weaning)

La introducción de las primeras comidas a un bebé es un quebradero de cabeza. Está la corriente de los potitos (ya sean caseros o de compra) y la corriente del BLW, es decir comenzar con trozos y alimentos sin triturar. Esto último suena muy bien pero, lo confieso, a mi lo de cocinar no se me da nada bien y pensar en darle pizza precocinada o hamburguesas del Mcdonalds a mi bebé me chirriaba un poco.


AVISO: Esto NO es una guía para practicar Baby Led Weaning, para eso en Google se pueden encontrar miles de artículos muy bien explicados, libros, grupos de Facebook, talleres, etc. Aquí sólo cuento nuestra experiencia particular.

Al final lo que hice fue una mezcla de las dos corrientes, le empecé a dar potitos por aquello de al menos algo come y le sentaba con nosotros a la mesa (en su trona) cuando comíamos para que viese y gustase. Al poco tiempo le empezó a apetecer nuestra comida y, siempre que tuviésemos algo sano en el plato, le iba ofreciendo pequeños trozos, con cabeza y vigilándole.

¿Pero cómo?, ¿con 6 meses y comiendo macarrones?, ¿y no se atragantaba?, pues normalmente no, chupaba la comida y si eran trozos grandes la sacaba y yo los cortaba más pequeños, pero sí he de confesar que alguna que otra vez se atragantaba un poco, ¿y qué hacíamos?, básicamente nada, le vigilábamos, le animábamos a toser y tosía y si no conseguía expulsarlo con la tos lo acababa vomitando. Las primeras veces se pasa mal, pero no ha ocurrido más de tres o cuatro veces y ya tiene sus 18 mesecicos. Hay que conocer las técnicas de primeros auxilios, para que no ocurran sustos, pero si se hace con cabeza, al principio chupará las cosas, más adelante las masticará y por último las tragará siendo el mismo y nosotros conscientes de lo que puede y no puede. Pan, zanahorias cocidas, pasta, brócoli, galletas, poco a poco se va probando y perdiendo el miedo viendo como se desenvuelve en esto de la alimentación complementaria.

Y mientras tanto seguimos con el pecho porque no hay que olvidarse de que es el alimento PRINCIPAL hasta el año y más adelante también es muy importante por lo mucho que le aporta a él y a mi misma.

He de decir que ahora los amigos alucinan cuando le ven comer, que si gazpacho, pepino, hamburguesas, carne, pescado, vamos que todo lo que como yo se le apetece y me pide y ¿cómo le voy a negar comida a mi pequeñín?.


¿Conocías el BLW?, ¿qué tal lleva tu peque lo de la comida complementaria?, ¿se tira los pelos la abuela al ver cómo se alimenta vuestro retoño?.
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viernes, 1 de agosto de 2014

Buffet libre

Será cosa del verano, el calor, la poca ropa que se lleva en casa, la fácil accesibilidad...

Estoy tumbada en el sofá, al lado del ventilador, derritiéndome y viendo cómo mi pequeño sube y baja por los sillones, rompe las revistas, tira las pinturas por el suelo y se va estampando con su correpasillos a toda velocidad mientras se parte de la risa. Me agoto sólo con verle (y pensar que luego me toca recoger) a la vez que envidio sus energías. Mejor cerrar los ojos.

Abro los ojos y de repente aquí está él, se planta delante de mí y me mira con esa sonrisa llena de dientes, me estira del sujetador y dice con esa vocecilla tiernita suya "te-ta", pero ¡oh vaya! se acaba de dar cuenta que desde el suelo llega y ¡zasca! se engancha, ¡qué sencillo ha sido!.

¡ñam!
Acceso directo a la teta, self service, buffet libre. Ahora ya no tengo el control total. Miedito me da, estaremos en la calle, le sentaré en mi regazo y ¡zas! horror, la teta fuera, ¡viva la lactancia!.

¿Ésto es la lactancia con bebés grandecitos?, ¿se puede controlar, verdad? 
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