Antes de que naciera Víctor me leí muchos libros de maternidad, de lactancia, de crianza, vamos que no tenía ni idea de lo que era tener un bebé y me interesaba el tema, obvio. Pues una de las cosas que leí era que si se quería dar el pecho (y yo quería) el chupete podía interferir, así que durante el primer mes y hasta que se estableciera la lactancia estaba desaconsejado y yo hice caso así que nada de chupete.
Después del primer mes y viendo que su agarre al pecho era correcto me arriesgué y le intenté poner el chupete, pero resulta que no le gustaba. ¿Acaso a algún bebé que haya probado el pecho le gusta un cacho de silicona o latex que es una mala imitación de un pezón y encima no da leche, ni calorcico, ni huele a mamá?, vamos que lo normal es que lo rechacen. Pero nosotros estábamos agotados de sus lloros continuos y sólo buscábamos algún minutillo de paz así que lo intentábamos una y otra vez, por supuesto sin forzarle.
A los dos o tres meses empezó a aceptarlo y nuestros oídos y nervios lo agradecieron, aunque no lo aguantaba mucho rato y no siempre lo quería, pero era un pequeño logro para nosotros. Sólo lo usaba cuando estaba nervioso o lloriqueando, pero no cuando estaba en pleno berrinche, entonces si le acercábamos el chupete lo apartaba y se lo quitaba con rabia.
También lo usábamos para relajarle por las noches y que se durmiese, a veces se dormía con el chupete puesto pero si se le caía no se despertaba, es una suerte, otros bebés se despiertan y lloran hasta que lo encuentran y se lo vuelven a poner. A veces lo usaba para darle el cambiazo, porque se dormía al pecho y no se soltaba y cuando ya me dolía la espalda de la postura le soltaba del pecho y como me iba persiguiendo con la boca abierta y los ojos cerrados aprovechaba para meterle el chupete y a veces lo aceptaba y otras no y tenía que volver a darle el pecho para que se volviese a dormir.
Nunca ha tenido mucha afición por el chupete, ahora lo tenemos básicamente para la guardería, ahí se echa una siesta después de comer (aún no sé cómo lo hacen porque en casa no conseguimos que se duerma sólo), pero sólo se duerme con el chupete puesto, así que pensamos que cuando decidamos quitarle el chupete definitivamente no será muy traumático.
¿Cómo es la relación de vuestros peques con el chupete?, ¿les costó aceptarlo?, ¿fue dura la retirada del chupete?.
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Después del primer mes y viendo que su agarre al pecho era correcto me arriesgué y le intenté poner el chupete, pero resulta que no le gustaba. ¿Acaso a algún bebé que haya probado el pecho le gusta un cacho de silicona o latex que es una mala imitación de un pezón y encima no da leche, ni calorcico, ni huele a mamá?, vamos que lo normal es que lo rechacen. Pero nosotros estábamos agotados de sus lloros continuos y sólo buscábamos algún minutillo de paz así que lo intentábamos una y otra vez, por supuesto sin forzarle.
A los dos o tres meses empezó a aceptarlo y nuestros oídos y nervios lo agradecieron, aunque no lo aguantaba mucho rato y no siempre lo quería, pero era un pequeño logro para nosotros. Sólo lo usaba cuando estaba nervioso o lloriqueando, pero no cuando estaba en pleno berrinche, entonces si le acercábamos el chupete lo apartaba y se lo quitaba con rabia.
También lo usábamos para relajarle por las noches y que se durmiese, a veces se dormía con el chupete puesto pero si se le caía no se despertaba, es una suerte, otros bebés se despiertan y lloran hasta que lo encuentran y se lo vuelven a poner. A veces lo usaba para darle el cambiazo, porque se dormía al pecho y no se soltaba y cuando ya me dolía la espalda de la postura le soltaba del pecho y como me iba persiguiendo con la boca abierta y los ojos cerrados aprovechaba para meterle el chupete y a veces lo aceptaba y otras no y tenía que volver a darle el pecho para que se volviese a dormir.
Nunca ha tenido mucha afición por el chupete, ahora lo tenemos básicamente para la guardería, ahí se echa una siesta después de comer (aún no sé cómo lo hacen porque en casa no conseguimos que se duerma sólo), pero sólo se duerme con el chupete puesto, así que pensamos que cuando decidamos quitarle el chupete definitivamente no será muy traumático.
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El Santo Júnior lo escupe a propulsión. Te partes. De todas formas no queríamos ponérselo. Lo intentamos en un momento crítico superado el mencionado primer mes y no hubo manera. Nos entró la risa al final con ese poderoso lanzamiento de chupetina. Y yo, al verle con "eso"... no me gustó nada. El cambiazo teta-chupe no cuela nunca. Imposible. Empieza a chupar y a los tres segundos empieza a poner cara de asquete en plan estonoesloquehabíaantes y lo escupe y llora para vengarse de su madre engañadora.
ResponderEliminarPero, a lo que iba, ¡sorpresa! tienes un premio en http://www.nuevemesesyundiadespues.blogspot.com.es/2014/08/and-oscar-goes-to.html
Espero que te haga ilusión recogerlo y te lo mereces por tu blog tan chulo.
Un abrazo
Me estoy imaginando a tu peque lanzando el chupete, ¡qué gracioso!.
Eliminar¡Y lo del premio me ha encantado!. Y me hace el doble de ilusión porque empezamos los blogs casi a la vez y te voy siguiendo desde que me lo dijiste. Esta semana me pongo a ello, es un honor, muchas gracias. ;)