sábado, 2 de enero de 2016

A todos nos puede pasar

No sé si te has enterado de la noticia, en estas fechas de tantas fiestas y reuniones familiares es normal no estar al tanto de estas cosas. El 31 de diciembre de 2015 estaba una familia descargando cosas del coche en la casa rural donde iban a pasar el fin de año, cuando su hijo, Jordi de 3 años, que estaba jugando con otros niños, desaparece. ¡Imagínate el susto!

Al no encontrarle no tardaron en llamar a los servicios de emergencia y se movilizaron los equipos de rescate. Con esa angustia pasaron los padres el fin de año y entraron en el año nuevo. Por suerte unos vecinos de la zona que se habían unido a la búsqueda le encontraron al día siguiente sobre las 13:30. Solito, descalzo, con miedo, mucha sed, hambre, rasguños e hipotermia, pero sano y salvo.

Foto de Jordi con su padre, sacada de las redes sociales.
Yo el 31, que no estaba para fiestas con gripazo y 39º, mandé a mi peque a celebrar Nochevieja con sus abuelos y tías. En la cama, sin poder dormir (por la congestión que tenía), iba siguiendo esta búsqueda con angustia.

Sentí que ese niño podría haber sido mi hijo, más o menos de la misma edad y el parecido físico es impresionante. Lloré al poner a mi hijo en esa situación, sin sus padres, de noche, con mucho frío, desorientado. Ayer también lloré de alegría cuando le encontraron, la felicidad de sus padres debió ser inmensa, ya le estaban buscando los buceadores en una balsa cerca de la zona (se me pone la piel de gallina).

Lo peor de todo ha sido la respuesta a este suceso de algunas personas (no todas, menos mal) que han echado la culpa a los padres de que esto haya pasado. Yo me pregunto ¿estas personas que critican tienen hijos?, porque si los tuvieran sabrían que es darse la vuelta un segundo y que el peque te la líe, corra, desaparezca... Estas cosas ocurren. A mí me ocurrió.

Estaba comprando en unos grandes almacenes con Víctor y llevaba carro de la compra y al peque subido para poder llevar todo. Fui al garaje con el carro y después de dejar las compras en el maletero lo llevé a enganchar en las filas de carros (de los que van con monedita, para que me entiendas). Llevaba a Víctor todo el rato a mi lado, de la mano, pero con una sola mano no conseguía meter el carro y sacar la moneda, así que le solté unos segundos. Cuando acabé no vi a Víctor junto a mí.

En un garaje, donde pasan coches por todas partes, a un niño de su tamaño casi ni se le ve. Se me encogió el corazón. Miré alrededor, por todas partes, no le veía. Me dirigí a mi coche y ahí estaba él, esperándome, tan tranquilo. No tardé ni 5 minutos en localizarle, pero se me hicieron eternos. Me enfadé con él y luego le expliqué lo peligroso que es ir solo por el garaje (cosa que hago SIEMPRE que voy con él). Unos segundos de perderle de vista y podría haber sucedido una tragedia.

Ya sé que no son comparables mis 5 minutos de angustia con las 20 horas que pasó esta familia. No pretendo compararme, sólo explicar que por muy atentos que estemos, ¡nos puede pasar a todos! Así que mejor que criticar ¿por qué no alegrarnos de ese final feliz? El de Jordi, el Víctor y el de todos los niños que en un despiste nos la pueden liar. Con los niños hay que andar con mil ojos, es cierto, pero somos humanos y cometemos errores. No seas tú el que lance la primera piedra.

Confiesa, ¿cuántas veces te ha dado un buen susto tu peque?
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14 comentarios:

  1. Madre mía q alegría q lo hayan encontrado.Y bien ni pensar quiero el fin de año q han pasado

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    1. Al ser una fecha tan señalada se acordarán del susto toda la vida.

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  2. Horrorosa la angustia, no se lo deseo a nadie. Es una pesadilla constante q tengo, q se me despista y sale a la carretera...

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    1. Es que aunque se lo digamos mil veces, son muy pequeños y sólo piensan en jugar, pero no te puedes distraer. Por eso muchas veces cuando salgo sola con el peque le llevo en carrito, así le tengo controlado, pero claro, se hace mayor y no siempre quiere que le lleve.

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  3. Menos mal que todo acabo bien, me alegre mucho fue mi hija mayor quien nos dijo que lo habían encontrado, estuvimos todos pendientes. Pobrecito!! solo de pensarlo con este frio y solo en el bosque..Menos mal que quedo en un susto. Yo una vez me giré para guardar la toalla( el tiempo de dejar la toalla en la bolsa, segundos) y mi hija que entonces tenía dos años me desapareció..Lo peor de todo que estabamos en la piscina y llena de gente además, menos mal que también tarde poco en encontrarla pero la angustia que pasas es horrible, y esos padres tantas horas....

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    1. Las desapariciones en la piscina donde se pueden ahogar son terribles, más cuando todos los años pasan desgracias. Yo este año le compré un chaleco como relleno de corcho, amarillo fosforito. Igual no le salva de ahogarse, pero al menos es fácil de localizar. Menos mal que lo de tu peque sólo fue un susto, pero cuando te ocurre te puedes poner en el lugar de la gente que pasa horas con esa angustia dentro. Terrible.

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  4. Ufff yo me llevo muchos sustos porque tengo un negocio, que es donde vivimos. Abrimos todo el día así que la puerta está siempre abierta. Vivo con el miedo de que se escape o me lo roben, y me lo llevo al baño. Ya en dos ocasiones se me ha escapado y algun vecino me lo ha traido porque lo han visto salir..doy gracias que es un pueblo pequeño y no tengo carretera ni "grandes peligros" pero el miedo esta ahi, asi que cuando tengo poco jaleo y no tengo previsto muchos clientes, cierro la puerta para curarme en salud.
    Que alegría que lo encontraran, pobre que miedo debió pasar.

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    1. Qué angustioso estar todo el día pendiente. Antes en los pueblos era así y nadie se preocupaba mucho.

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  5. Coincido: es algo que nos puede pasar a todos. Yo ya he aprendido a no juzgar sin conocer, pero por desgracias eso es deporte nacional en este país. Un besote guapa

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    1. Es que ya son ganas de añadir sufrimiento a una familia que lo ha pasado mal. Un poco de empatía y sentido común, por favor! Besos.

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  6. Por favor, que susto! Menos mal que tiene final feliz.

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  7. Los pequeñitos son como balas, en un segundo desaparecen llamados por el juego o la curiosidad. A mi me han tildado vaaarias veces de sobreprotectora por estar con los ojos encima de mi enanito y aún así una vez mientras comprábamos ropa para el papá y cuando él me pidió opinión, volteé a hablarle y cuando volví la mirada a Rodri ya no estaba, se me congeló el corazón... a buscar por el suelo que con tantas perchas y exhibidores de ropa era imposible encontrarlo, supongo que no pasaron ni dos minutos y él salió de un salto de entre unas perchas, con una sonrisota. Como bien dices, a todos nos puede pasar y no hay derecho a criticar.

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    1. ¡Cómo son los niños!, aprovechan la mínima para hacer de las suyas... Y como son tan pequeños son más difíciles de encontrar. En el artículo que explican dónde encontraron a Jordi dicen que jamás se hubieran imaginado que un niño tan pequeño se pudiese alejar tanto. Mejor que te tiden de sobreprotectora que no serlo y que pase una desgracia. Un besazo.

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