miércoles, 6 de mayo de 2015

¡Por mis narices que lo vas a hacer!

Y digo "narices" por no decir otra cosa...

A veces estamos muy ilusionados con hacer algún plan con los peques. Lo planeamos, nos imaginamos la alegría que les va a dar y lo mucho que se van a divertir y llega el día y no les apetece salir de casa y no hay manera de convencerles, o las cosas no salen como habíamos planeado.

Te voy a poner dos ejemplos que he visto recientemente, aunque seguro que a ti se te ocurre alguno más después de leerlos.

Una abuelita va feliz al parque con su nietecita de poco más de un año, hay un grupo de niños jugando al tobogán y la abuelita se acerca al tobogán con la peque hasta que llega su turno. La levanta hasta arriba del tobogán y a la niña le da pánico y empieza a llorar aterrada... pues eso no va a frenar a la abuelita porque "Hemos venido a divertirnos, ¿no?", pues fuerza a la pequeña, entre gritos y lágrimas, a bajar por el tobogán, porque todos sabemos lo divertido que es el tobogán.

Viene Peppa Pig a firmar sus libros a un centro comercial, "¡Genial!, a mi peque le encanta Peppa Pig", vamos a comprar un libro para que lo firme y nos haremos una foto con tu personaje favorito, el que nunca se cansa de ver en la tele. Llegan los padres al centro comercial con su hijo muy contentos, el peque también está contento porque tiene ganas de ver a Peppa. La fila es larguísima, todos los niños del barrio y alrededores han venido a ver a Peppa, así que se ponen en la cola y esperan a que les toque. Casi media hora después llegan a Peppa, es enoooorme, el pequeño está impresionado, la madre se acerca con él para que el papá les haga uno foto y el niño se asusta "¡¡¡No quierooooo!!!", "Pepito, sonríe a papá, que nos va a hacer una foto" le coge en brazos para acercarse a Peppa, el niño llora, se retuerce en los brazos de la madre... y ya tienen su foto maravillosa con su personaje favorito. Para enmarcar.

¿¡Estamos locos!?, ¿por quién hacemos las cosas por los peques o por nosotros?.

A veces las situaciones nos superan, nos frustramos y no somos capaces de distanciarnos y ver lo que está ocurriendo. La próxima vez que vayas a hacer algo divertido con tu hijo, asegúrate de que realmente se va a divertir cuando lo hace. Si le da miedo, si llora, si no le apetece... párate un momento, piensa qué estás haciendo y por quién. A todos nos puede pasar, pero mejor si somos conscientes y podemos evitarlo.


Si te gusta lo que escribo puedes seguirme en Facebook.

12 comentarios:

  1. Uuuuy Eso lo aprendí yo hace mucho tiempo con Daniel y tienes toda la razón. Ya sabes que soy mucho de preparar actividades. Pues hasta que cumplió dos años, le prepara actividades sensoriales y de psicomotricidad al chiquillo. A veces entraba al trapo y otras no le apetecía. Cuando pasaba lo segundo le perseguía por toda la casa metiéndole la actividad delante de las narices para ver si le convencía. Eso sí, si le veía agobiado paraba, pero sobre todo para que no me montara la perreta del siglo. Con dos años, de repente me vi a mi misma agobiando al chiquillos y me di cuenta. No hay que obligarles nunca. Por mucho que nos haya costado preparar la actividad, por mucha ilusión que nos haga. Hazlo tú si quieres, pero deja al niño en paz, que no tiene la culpa de que tengamos ideas geniales. Que el peque no quiere hacerse la foto con Peppa, ¡pues te la haces tú con tu mejor sonrisa y ya tienes tu codiciada foto de recuerdo! Que no quiere tirarse por el tobogán, ¡pues que se columpie o se reboce en la tierra! que más da. Lo vi de repente y me lo grabé a fuego. Me encanta el post. muy acertado

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Dácil. Cuando le pones toda la ilusión a algo y luego el peque pasa del tema da rabia (pena, frustración o como quieras llamarlo), pero como tú dices igual la disfruta con muchísima más ilusión otro día (él y también tú al verle disfrutar). Si esto lo asumes y lo grabas a fuego, la próxima vez en vez de esa rabia sentirás resignación, jeje. Un beso y gracias por contar tu experiencia.

      Eliminar
  2. No puedo estar más deacuerdo con tu post.
    Otro ejemplo, Los Reyes Magos... Papa Noel, la vecina que quiere comersele a besos y él no quiere...
    En fin, hay que dejarles que decidan, que en definitiva es lo queremos siempre y luego nos damos cuenta que en otras cosas no les dejamos opción.
    Un besote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, aún me acuerdo la primera vez que Víctor vio a los Reyes Magos, fue en una biblioteca, a finales de diciembre (antes de su fecha). Estaban para recoger cartas y hacerse fotos, a Víctor le dio mucho miedo y ni nos acercamos... cuando salimos de la biblioteca al rato volvimos a pasar a su lado y seguía con miedo, así que nos marchamos sin foto. El día de Reyes fuimos a la cabalgata y disfrutó un montón :)

      Eliminar
  3. Esta claro que mucha gente pierde el norte,pero si hay algo inofensivo que le da miedo a mi niño tampoco doy media vuelta y me voy. Le hablo con suavidad y muy tranquila para que vea que no pasa nada y sus miedos son infundados. No hay que forzar,pero tampoco alimentar sus miedos, no se si me explico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto, estoy de acuerdo contigo. Por ejemplo a mi peque le daba miedo Peppa Pig la primera vez que le vio, así que le hablé con calma como tú dices, nos acercábamos, se asustaba, nos alejábamos, volvíamos a acercarnos, así hasta que perdió el miedo, pero sin forzarle y sin hacerle sufrir, ya lo conté aquí: http://www.desvariosdeunamadre.com/2015/04/peppa-pig-en-madrid.html
      Al final fue una experiencia inolvidable para él y aún se acuerda de ese día y de que Peppa le saludó y me lo cuenta de vez en cuando son una sonrisa en la boca :)

      Eliminar
  4. Excelente post! el llamado a la reflexión y "cafecito" está clarísimo. Un abrazo enorme Maricarmen, y felicitaciones! .. y por supuesto comparto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por compartir. Esto es algo que nos pasa a todos en mayor o menor medida, pero si lo podemos reconocer y así evitarlo nuestros peques lo agradecerán ;)

      Eliminar
  5. Tienes toda la razón. Yo he parendido a base de ponerme en evidencia más de una vez. Ahora, cuando se da la ocasión, no me caliento. Me enfado, sí, porque como dices después de estar dándote la brasa, o prepararlo con ilusión te encuentras con morros, niños topo escondidos entre mis piernas, o huidizos y los matarías pero al final, cuando se sosiegan le entran los remodimientos, y aprenden- Al menos en mi caso. No han sido pocas las veces que nos hemos vuelto de algún lugar y les ha entrado el berrinche de los berrinches porque se lo han perdido, por cabezones. Debemos dejarles que aprendan, y no sofocarnos. Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro, todo tiene sus consecuencias y ellos han de ser conscientes, si les damos a elegir y prefieren perderse un plan chuli se hacen responsables de sus propias decisiones e igual a la próxima se lo piensan dos veces (o no!). Con los niños nunca se sabe :D

      Eliminar
  6. muy de acuerdo, hay que dejarles ser. A mi eso el ejemplo de Peppa me paso con otro personaje. Ante todo, que el niño decida qué es lo que le divierte...él lo sabe mejor que nadie :)

    ResponderEliminar
  7. me ha encantado el post yo todavía estoy en fase bebé así que no lo he vivido de momento pero supongo que debes esperar gracias por la información así me voy haciendo a la idea besos

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...