martes, 10 de marzo de 2015

Visita al Museo del Ferrocarril de Madrid

A Víctor le encantan los trenes y viviendo en Madrid aún no nos habíamos pasado por el Museo del Ferrocarril, ¡ya tiene delito!. Este fin de semana hemos aprovechado que venían a visitarnos sus primos de Zaragoza, Ramiro y Carlitos para hacer todos juntos una visita al museo y han salido todos encantados.

El solecico nos acompañó toda la mañana. Lo primero que pudimos ver, mientras esperábamos a la familia, fue la locomotora que está antes de entrar a la estación, para verla no hay que pagar entrada y fue toda una experiencia para Víctor por lo enorme que era, sobre todo comparándola con su tamaño.
Lo mejor de todo es que la podía tocar... ¡cómo pesan esos ganchos!.
Dentro del museo compramos las entradas para todos los adultos (6 €/persona), los menores de 4 años no pagan. Los domingos aún sale mejor de precio, cuestan sólo 2,50 €/persona.
La abuelita, los tíos, los primitos, Víctor y su papá.
Algunos vagones están abiertos y se puede entrar dentro, así fue como empezamos la visita.
¡Pasajeros al treeeeen!.
En otros sitios no se podía entrar pero se podía mirar a través de las ventanillas.
Viendo las entrañas del tren.
Y siempre que podíamos nos subíamos al tren por la parte de fuera.

En una sala se podían tocar los cuadros de mando de trenes antiguos.
¿A ver qué hacen estas palancas?.
¡Esto está chupado!, ¿dónde me saco el carnet de maquinista?.
Después de dominar los cuadros de mandos toca entrar en el vagón del carbón.
Víctor y su primo Carlitos aprendiendo a poner el tren en marcha.
Luego entramos a una sala de maquetas de tren en funcionamiento.
No perdían detalle mirándolo todo.
Los primos se lo pasaron genial en el museo, muy recomendable para los fans de los trenes.
Los tíos María y Carlos con los primitos Ramiro y Carlitos, Víctor y su mami.
Qué mejor manera de finalizar la visita que tomar un aperitivo en el vagón cafetería de un tren.
Los primitos Carlitos y Ramiro, el tío Carlos, Víctor y su papá.
Pero no nos íbamos a marchar de ahí sin un recuerdo... su abuela le compró a Víctor un tren con maquinista, luces y música y sus papis le compramos a Brewster, un trenecito de su serie favorita de trenes: ¡Chuggington!.

Un plan estupendo para ir con los pequeños.

5 comentarios:

  1. Está muy chulo, y creo que es ahí donde los domingos hay unos trenecitos en miniatura donde te puedes montar y dar una vuelta. Nosotros fuimos el verando pasado y nos encantó

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    1. Ah, mira pues eso no lo sabía, la próxima visita intentaremos hacerla en domingo a ver si vemos esos trenecitos :)

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  2. ¡Me encanta este Museo! Tengo gratos recuerdos de cuando era pequeña. Me parece una excursión genial para compartir en familia, veo que lo pasasteis de maravilla. Un besazo enorme.

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    1. Sí, a ver si nos animamos y visitamos otros museos, la experiencia fue muy buena. ¡Un beso!.

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  3. Oh, la carita de emoción de Víctor, un encanto!! Mi enano también es un loquito por los trenes, y cada vez que puedo lo llevo a algún juego mecánico o paseo en tren, pero son tipo tour, es decir, asemejan a un tren... ojalá algún día tengamos la oportunidad, estando pequeño aún, que pueda ver un tren real por dentro y "manejarlo"!!! ya me lo imagino saltando de la alegría. Un beso.

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