jueves, 26 de febrero de 2015

"Mami, ¡vamos a tener una hermanita!"

Ya hace días que Víctor me pide que le enseñe la tripita, no sé de donde lo ha sacado, pero me hace mucha gracia. Me levanto el jersey y el pega su cara a mi tripa mientras me abraza y dice "Mamiiii" y me da un besito. Luego se olvida del tema y vuelve a lo suyo (juega, mira dibujos en la tablet, canta canciones o me pide teta).

Al día siguiente o a los días vuelve a repetirse la escena. No sé, será que hace frío y mi tripa está calentita y es suave y blandita (ejem).

Pero el otro día cuando me estaba abrazando con su cara pegada a mi tripa me dice "Vamos a tener una hermanita", ¡toma ya!, me lo suelta así, sin anestesia... y luego él volvió a lo suyo y yo con cara de alucinada.

Por si alguien a estas alturas aún tiene dudas os diré que NO estoy embarazada.

¿De donde ha salido esa ocurrencia de Víctor?, pues no lo tengo claro, pero en la guardería hay algún niño cuya mami está embarazada y supongo que ahí lo hablarán. Por otra parte le gusta mucho Caillou (en fin...) y éste tiene una hermanita, Rosie, que sale en todos o casi todos lo capítulos.
Caillou y su hermanita Rosie
Estas navidades también descubrimos que le encantan los bebés y cuando ve uno enseguida me pide cogerle en brazos, aunque ese "bebé" tan solo tenga unos meses menos que Víctor. A su primito Ramiro, que nació el año pasado, le cogía y le daba besitos, todo un amor.

Pues ahora lo de la hermanita es casi a diario, también se lo dice a su padre cuando yo no estoy presente, a veces habla de tener una hermanita y otras veces de tener un hermanito, pero parece que tiene claro que no quiere ser hijo único.

Hijo mío, ¡qué presión me estás metiendo!.
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lunes, 23 de febrero de 2015

La opinión de mi marido: Crianza en dos tiempos

El otro día leí un post con el que me sentí muy identificada, el post es de Esto no es como me lo contaron y trataba de lo que pasa cuando la forma de criar de la madre (paternidad consciente) no coincide con la del padre (autoritaria)

El post se lo envié a mi marido para que lo leyera y escribió una respuesta, aunque al final no quiso publicarla como comentario al blog, pero me la pasó por email para que yo la leyera. Le he pedido permiso y la publico aquí:

"Soy Miguel, padre de Víctor, un niño de 2 años y un mes, de alta demanda, listo y guapo como su madre, Maricarmen Lop de www.desvariosdeunamadre.com

No creo en la alta demanda, ni en la crianza de apego, ni en la teta hasta los 80, ni en muchas otras cosas.

Y no estoy de acuerdo con vosotras.

Al igual que tu marido, soy de los que piensa que a ser padre se aprende siéndolo y a andar andando. Yo no elegí tener 7 hermanos y ser el mayor de todos ellos, ni elegí que mi madre trabajara como una burra en casa, cuidándonos a todos y renunciando a una vida profesional (tiene dos carreras universitarias y habla italiano bien).

¿De verdad es necesario leer para criar? O dicho de otra forma: ¿me hace mejor criador -mejor padre- leer más libros? En mi caso, además, me encanta leer. Historia, novela, ficción, biografía. En estos últimos 25 meses he leído 3 libros. Mi media anterior a la paternidad estaba entre los 15 y 25 al año.

Y con todo, nunca he considerado necesarias las clases de preparación al parto -estuve presente y participando (no dormido) en el de Víctor todo lo que los buenos médicos y matronas varias me dejaron, de pie, en una esquina, cargando con abrigos y cosas como un animal-, ni he considerado que los libros sobre crianza que mi mujer sí lee desde que es madre me fueran a hacer mejor padre. Lo he intentado, desde Estivill a Jové pasando por Carlos González. Me han parecido inútiles todos, por no decir otra cosa.

Mi razonamiento es bastante sencillo: la crianza, a diferencia de la Biología, no es una ciencia. No existe “el método” o “la solución”. Cada niño es como es. El primero es como es y el segundo es como es (generalmente distintos). No se aprende ni mejora con los libros, sino con el uso. Como el Inglés o como el trato con tu mujer.

¿Soy un fanático? 
Colecho desde hace 25 meses, a mi pesar. Y no me quejo, bueno, un poco. Víctor sigue durmiendo con nosotros y no le he echado de la cama ni aplicado ningún “método” extravagante para que aprenda a dormir solo ni yo me voy a dormir al sofá. De hecho, solo recuerdo dos ocasiones en su vida en las que se haya dormido solo. Todas las demás ha sido con mamá y a veces con papá también. O si no no se duerme, es así de sencillo. Y me despierto por la noche cuando pasa algo o cuando mi mujer necesita algo, y me levanto y no digo ni mú. Porque, es así de sencillo, soy padre y es lo que tengo que hacer.

Pero también soy marido, y sinceramente, la echo de menos. A ella y a nuestra vida en pareja. Fui yo el que quería tener hijos, ella no tenía ninguna prisa. Un niño no debería separar, nunca. Cansar sí, mucho. A mis 37 cansan cosas que a mis hermanos de 30 con hijos pequeños no les cansan tanto. He sido tardío.

¿Soy autoritario?
Son muy raros los casos en los que le dejo en la guardería, pero en esos casos el tiempo medio de la operación han sido 3 minutos y medio, frente a los 30 de su madre. Sin llantos.

Son menos raros los casos en los que intencionadamente medio en uno de sus berrinches. Es alucinante lo que un humano tan pequeño entiende. Mi “método” es muy sencillo: para que no escude en su madre lo aparto -a veces a puerta cerrada- y hablo con él. Con tono firme pero sin gritos. Dialogando: “¿no te das cuenta que la mamá está cansada y que quiero darte la cena, que he estado todo el día fuera?” o“¿Por qué no me dejas que te ponga el pijama?”.

Y él casi siempre atiende y responde. Y entonces la cosa se empieza a relajar, lágrimas aún rodando. “Oye Víctor, ¿qué has hecho hoy en la guarde? ¿Qué has comido? ¿Has cantado alguna canción? ¿Has empujado hoy a Noa? No empujes a las chicas, Víctor”. Y reacciona y el berrinche pierde foco y se evapora. Tal cual.

También pierdo la paciencia, por supuesto.

Somos distintos hombres y mujeres, y aún más distintos somos padres y madres. Pero me niego a aceptar que mi “método” (falta de él, más bien) es malo, que mi crianza es deficiente, infructuosa o innecesaria y que necesita mejora.

Me niego a aceptar que vosotras siempre tenéis la razón. Mi niego a asumir que tengo que renunciar a mi mujer, porque lo primero sea él.

Quiero que se me escuche y que se asuma que también tengo razón. Que mis experiencias, propias y ajenas son tan buenas como las de los demás y que lo hago bien. Que se me den oportunidades de criar a mi hijo, que también es hijo mío, como pienso que debo hacerlo y no sentirme culpable.

No me habléis de crianza. Hablemos de nuestra familia. De cómo ser mejores padres y esposos, de cómo tener más paciencia y de cómo querernos más."

Yo no veo mal lo de la crianza en dos tiempos, lo de tener distintos puntos de vista y distintos planteamientos a la hora de acercarnos a los conflictos con nuestro hijo. Eso me da otra visión, otra perspectiva, y aunque inicialmente me oponga, ya que no coincide con mi forma de pensar y sentir, luego veo que no es tan grave y que incluso es positivo (aunque no lo quiera reconocer). 

Hay veces que se marchan a otro cuarto hechos una furia los dos y cuando salen de ahí están los dos contentos y riendo, como si no hubiera pasado nada. Y yo mientras tanto esperando fuera hecha un manojo de nervios.

Por supuesto sería más fácil si los dos fuésemos en la misma dirección, así evitaríamos conflictos entre nosotros, evitaríamos la tensión y las malas caras, estas cosas afectan a la pareja.

Hay veces que me enfado, que no veo bien su forma de actuar, que voy al rescate de Víctor y desautorizo a Miguel, lo hago en muy pocas ocasiones, sólo cuando me parece que ha perdido los nervios y la paciencia y que, en vez de solucionar la rabieta, va a más. De la misma manera, cuando yo pierdo los nervios, también prefiero que él intervenga y nos separe, estando él más calmado sabrá llevar mejor la situación que yo. (No soy perfecta, por algo tengo como propósito de Año Nuevo el Desafío del Rinoceronte Naranja).
The Orange Rhino Challenge
En otras situaciones, prefiero mantenerme en la distancia, dejar que se entiendan Víctor y Miguel, quedarme al margen y no meterme.

Está claro que Víctor conmigo se comporta de una manera y con su padre de otra, como lo que ha contado Miguel de la guardería. Él le puede dejar en 3 minutos y medio sin llorar, yo no, a mí se me agarra y llora en cuanto ve que me marcho, por eso también mi forma de criarle ha de ser distinta que la forma que tiene Miguel de criarle.

Al final es un tira y afloja que poco a poco iremos afinando (espero) para que, aunque tengamos distinta manera de criar a Víctor, nos sepamos complementar y confiemos en que los dos queremos lo mejor para nuestro hijo.
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jueves, 19 de febrero de 2015

¿Aún no conoces "La Aventura de ser Madre"?

La Aventura de ser Madre es el primer gran espacio de El Corte Inglés dedicado al bebé.

Gracias a Madresfera puede asistir, junto con otras blogueras, a la inauguración de espacio en el que se encuentra una cuidada selección de las mejores marcas del mundo del bebé, las últimas tendencias, los nuevos productos...


Alimentación, ropa, juguetes, mobiliario infantil, lactancia, artículos de puericultura... Todo lo referente al bebé en esta feria que empezó el 13 de febrero y finalizará el 1 de marzo.

En este espacio se realizan también charlas, demostraciones y actividades que te pueden ayudar, ya estés embarazada o seas padre reciente.
Espacio para charlas en El Corte Inglés de Sanchinarro
El espacio está muy bien cuidado, con pasillos amplios para poder caminar con los carritos y zona de lactancia con cambiador para los bebés.
Sala de lactancia (algo pequeña para lo grande que es ECI)
Puedes ver el calendario de actividades de los centros más próximos a ti en www.laaventuradesermadre.com.

Descubre los descuentos, promociones, regalos y sorteos que te encontrarás en este espacio. Recuerda que finaliza el 1 de marzo. ¡No te lo pierdas!.

martes, 17 de febrero de 2015

El parto de Carmen

En el blog siempre escribo sobre mi experiencia, pero esta vez voy a contaros el parto de una gran mujer, Carmen Fernández, que al leer mi historia del parto me contó la suya y me impresionó.

Como ya os conté en el post sobre la jornada Mujer-Parto-Consciencia, en el momento del parto se produce un estado alterado de la consciencia, en este relato se ve reflejado muy claramente, porque he de decir que conocí a Carmen en persona y es una chica de carácter fuerte, pero pacífica y encantadora. También se habló de los problemas de un parto muy intervenido, problemas que Carmen pudo evitar al acudir con el trabajo de parto muy adelantado.

Este relato lo escribió ella misma y tal cual os lo transcribo aquí.

"Yo estaba de 38+5 y la tarde de antes había ido a la clase de preparación al parto. A la vuelta me sentía muy cansada y para caminar 1 km aproximadamente tarde 1 h y descanse en tres bancos. Al llegar con dolor de cabeza me tumbe (postura habitual durante todo mi embarazo) y dormí hasta la cena. Me acosté inmediatamente después. A las 12 de la noche me levanté a vomitar (vomité durante todo el embarazo casi todo lo que comí).

Y a las 3:28 tuve la primera contracción, pensé que era otro estiramiento de adherencias ya que estoy operada de apendicitis y ya hacia tenido algún otro dolor así al principio. Me entraron ganas de ir al baño y mientras buscaba las zapatillas tuve dos contracciones más. Fui al baño y las contracciones me ayudaron a vaciar todo mi organismo. A todo esto me dolía mucho la cabeza y desperté al padre, que es enfermero, para preguntar sí me podía tomar un paracetamol teniendo contracciones. El dormía mientras me lo tomaba y las contracciones eran cada vez más fuertes y seguidas.

Le desperté para ir al hospital y pensaba que estaba exagerando. Me tomó la tensión, expulse el tapón y me vistió, yo no podía moverme. Solo quería ir al hospital cuanto antes y al intentar calzarme le dije si me tocas un pie te parto los dientes de una patada. Fuimos en coche, le obligué a saltarse los semáforos y le dije otras groserías. La admisión la hice a las 5:15 esparciendo sobre el mostrador todos los papeles de la carpeta del embarazo.

Mientras el fue a aparcar me exploró la ginecóloga de urgencias, estaba de 8 cm. Volvió y preguntó si nos quedábamos, a lo que la matrona le contestó que yo estaba de parto y podía parir donde quisiera, dejando abierta la posibilidad de ir a casa.

De la sala de exploración donde me hicieron el único tacto, me llevaron en silla de ruedas a una sala de dilatación donde me pusieron en una cama (en el cambio silla-cama rompí aguas), me monitorizaron y me cogieron una vía. Protesté por la vía, pero me cayó igual, total para nada pues pedí epidural y ya era demasiado tarde. Entre tanto tenía muchas ganas de empujar y Andrés coronó. Tanto el padre como la matrona me ayudaron a empujar agarrándome de las piernas y haciendo fuerza hacia mi. Rápidamente fui al paritorio donde un poco más tarde nació Andrés, eran las 6:30 y por la ventana estaba viendo salir el sol por encima de los árboles del parque grande.

Me pusieron a Andrés piel con piel antes de cortar el cordón y en una contracción más alumbré la placenta. Pesó 2,600 kg y midió 47 cm. Apgar 10. No me dieron puntos. Y tras esto fuimos los tres a la sala de despertar donde estuvimos solos hora y media."

Un parto maravilloso. Me contó Carmen cómo luego tuvo algún problema con la lactancia, y al igual que mi peque el suyo también tuvo hipoglucemia, por suerte todo eso ya está superado.

"Para mí lo peor vino después. Andrés era muy pequeño y según una matrona rancia tenía que tomar teta cada hora y media. Como no se enganchaba bien le costaba casi una hora y se cansaba mucho. Además me hacia un daño horrible. Cuando se lo conté, me contestó que era mi hijo y mi responsabilidad. Pero era imposible cumplir eso en tales circunstancias (además hay que sumar la peregrinación de visitas, que a mi me sobraban).

Estaba muy cansado y no tenía fuerzas para mamar porque tenía hipoglucemia. Como no pedía, ni se despertaba, nos dieron leche extra para darle con una jeringuilla. Cada tres horas le pinchaban para ver como iba evolucionando el azúcar, pero solo nos separaban los tres minutos de la prueba.

Cuando me subió la leche, me sacaba leche y se le daba con jeringuilla después de la teta para facilitarle el trabajo mientras le subía el azúcar . Las auxiliares nos ayudaron un montón y aunque a veces se contradecían entre ellas, al final una me dijo que no había fórmula mágica, que cada mamá y cada bebé son diferentes y les funcionan cosas distintas. Que ellas dan ideas y posibilidades pero que al final es ensayo-error. Estuvimos en el hospital un día más de lo habitual. Además entre tanto paseo Andrés cogió una bacteria en el ojo. Empezó su vida extra hospitalaria tomando antibiótico."

Muchas gracias, Carmen, por tu historia.
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domingo, 15 de febrero de 2015

Jornada Mujer-Parto-Consciencia

La semana pasada me invitaron como bloguera a la Jornada Mujer-Parto-Consciencia en el centro de preparación al parto y post-parto Más Natural.
He de decir que me encantó, el ambiente era muy bueno y relajado y las charlas me emocionaron.

Cristina Nuñez directoria del centro Más Natural se dedica desde hace 20 años a empoderar a las mujeres para prepararse para el momento del parto. Si la mujer está desinformada tiene miedo al parto y eso hace que se cierre físicamente y de esta manera la dilatación se alarga. Nos habló de que la musculatura del cuello uterino es una musculatura no volutiva, con lo que no se puede mover a voluntad, nos habló también de la importancia de la calma en el parto, de relajar la musculatura, del magnesio y de permitir el parto.

La Dra. Ibone Olza de El parto es nuestro con su ponencia: “Razones para un parto respetado desde la neurobiología” Nos habló de algo que me hizo pensar mucho, del síndrome post-traumático (PTS) en bebés. Nada más nacer, gracias a las hormonas del estrés, el bebé pasa sus dos primeras horas de vida muy despierto y todo lo que vive en esas dos horas se le queda grabado precisamente por esas hormonas del estrés, por eso es muy importante que no se produzca separación entre la madre y el bebé siempre que sea posible. También habló de que en el parto se produce un estado alterado de la consciencia en el cual cambia la percepción del tiempo, la vivencia y la percepción sensorial. Escuchándole me vino a la mente una historia de parto que me contó una amiga y del cual hablaré en mi próximo post. Nos habló también de la violencia obstétrica y de los partos chapuceros debido a la medicalización y las intervenciones médicas en algo que debería ser natural y que no tendría que ser tratado como una enfermedad.

Alejandro Busto de Psicología Ceibe con su ponencia “Los árboles que fueron semillas, la importancia de criar con amor y respeto” nos habló de la crianza con amor y respeto y de criar hijos capaces de cuestionarse las cosas.

Carmela Kika Baeza, médico y asesora de lactancia en el centro Raices con “Lactancia, una historia de amantes y amados” nos habló de una forma muy visual y amena de la lactancia tras su experiencia con su primer hijo. Nos conmovió su historia personal (puedes leer su historia aquí).

Azucena Caballero de Pedagogía Blanca nos dio unas pautas para elaborar nuestro Plan de Vida y también nuestro Plan de Acción y nos habló del programa de Mujeres Empoderadas.

Sara Cañamero, matrona y colaboradora en Más Natural nos habló del dolor en el parto, de su importancia (nos ayuda a centrarnos en el momento), el dolor como guía, de los inhibidores naturales del dolor y también de la diferencia entre sufrimiento (algo a erradicar en el parto) y el dolor.

La jornada estaba patrocinada por Pedagogía Blanca
Naïf, que nos dieron muestras de sus productos ecológicos para el cuidado de la piel del bebé.
Naïf   Quality baby Care
Ayer los probamos y nos gustaron mucho:

Estoy muy agradecida por haber podido asistir a esta jornada, ya que para mí fue muy instructivo y revelador. Y si me vuelvo a quedar embarazada ya tengo claro donde realizaré mis clases de preparación al parto :)

jueves, 12 de febrero de 2015

Las 7 cosas que he conseguido hacer gracias a la teta

La lactancia materna, una vez superados los "problemillas" iniciales, tiene sus ventajas, más allá de los beneficios que todos conocemos.

Las 7 cosas que he conseguido hacer gracias a la teta:

Descansar: por mis problemas en el parto (si aún no conoces mi historia la puedes leer aquí), las primeras semanas sólo pude dar el pecho tumbada, así que me acostumbré a esa postura y para mí ha sido la más cómoda y la que más uso. No soy capaz de dormir mientras doy el pecho, me cuesta muchísimo, pero al menos sí que descanso. El momento de dar la teta es mi momento de relax, tumbada en la cama con mi peque (que se puede pasar horas enganchado).

Pensar: y qué hago durante esas largas horas dando el pecho, pues muchas veces pensar, repasar lo que ha ocurrido durante el día, planificar lo que tengo que hacer, organizar mis proyectos... Qué mejor momento que estando tumbada en silencio en la cama.

Leer: durante los primeros meses de lactancia me convertí en una devoradora de libros: libros de lactancia, libros de maternidad, novelas, seguía cursos online... El único momento que tenía libre para leer, sobre todo los primeros meses, era mientras daba el pecho, así que lo aproveché.

Ponerme al día en las redes sociales: Facebook, Twitter, Google+... Estoy en muchas RRSS, así que mientras Víctor está tranquilo me doy una vuelta por ellas.

Enseñarle a mi hijo a decir "Por Favor": igual te suena raro, pero también hemos aprovechado los momentos de la teta para enseñarle modales. Mi peque cuando quería teta la pedía con insistencia "Teta, tetaaaaa, TETAAAAAAAAAAAA" tenía que ser YA, pillase donde pillase, no me daba tiempo ni de subirme la ropa, se lanzaba con ansias. Una manera de tranquilizarle es darle algo en lo que pensar, le decíamos "Se pide -Por favor, mami-, o -Dame teta, por favor-". Así que cada vez que pedía teta tenía que acordarse de la frase... y con la concentración que necesitaba y la dificultad de pronunciarlo bien cuando aún está aprendiendo a hablar, lo decía despacito y calmado. Primero era algo así como "Mami, teta, favuvo", cuando aún no hablaba bien. Ahora ya lo dice correctamente "Mami, teta, por favor", pero sigue diciéndolo calmado. Matamos dos pájaros de un tiro, calmamos su ansia y gritos por la teta y por otra parte le enseñamos modales: Una vez que aprendió a pedir la teta -por favor- luego aplicarlo a otras cosas era muy fácil, "Agua, por favor", "Papi, ven aquí, por favor", y así con todo.
Dos años de lactancia.
Conectar con mi hijo: después de leer todo lo anterior espero que no pienses que ignoro a mi hijo, pero dos años de lactancia son muchas horas de teta acumuladas y dan para hacer muchas cosas. Cuando le tengo agarrado al pecho le doy besitos, le acaricio el pelo, le pido perdón si he discutido con él, le cuento las cosas que me han gustado, o las cosas que hemos hecho durante el día, le agarro de la mano mientras le miro embelesada, observo su respiración mientras duerme pacíficamente...

Jugar y Reírnos: y esto es muy peligroso, pero como soy una enredadora no puedo evitarlo. Nos miramos a los ojos y nos reímos; le hago cosquillas; o le paso mi mano helada por su espalda calentita. El peligro que tiene es que puede pegar un tirón o mordisco sin darse cuenta, pero es un riesgo que estoy dispuesta a asumir.

¿Qué ventajas has sacado tú de dar el pecho?
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lunes, 9 de febrero de 2015

La mansión de Los Otros

¿Habéis visto la película de Los Otros?, al principio de la peli aparece la madre cerrando meticulosamente cada puerta después de entrar en una habitación, pues igual, igual, aquí, sólo que mi casa no es una mansión, ¡más quisiera yo!.
La Kidman agobiadilla en su mansión.
Yo no me considero una madre superprotectora, ni mucho menos, pero es que es dejar a Víctor solo durante un minuto y la lía, SIEMPRE. Así que no me queda otra que estar pegada a él y no dejar ninguna puerta de la casa abierta.

Este sábado estaba yo descansando en la cama, mi marido estaba en el salón con Víctor y este venía de vez en cuando a dar mal hacerme compañía. Pues en una de esas visitas, yo estaba casi dormida y me pareció oír que cerraba una puerta... medio en sueños quise pensar que era la del dormitorio y que él se había quedado fuera de la habitación.

Al cabo del rato le oigo decir a mi hijo "Mamá, abre la puerta"... bufff, qué pereza, con lo calentita que se está en la cama... bah, ya se cansará e irá al salón con Miguel. Como no le oí más volví a cerrar los ojos.

Pasaron dos minutos y volví a escuchar su vocecilla "Mamá, abre la puerta, por favor", como lo decía despacito y tranquilo pues seguí con los ojos cerrados bajo el edredón nórdico, ¡qué bien se está ahí!. Pero ya estaba mosca porque me extrañaba que siguiera al lado de la puerta y no se hubiera ido ya con su padre.

Otros dos minutos más y otra vez la vocecilla "¿Me abres la puerta, mamá?"... pues me voy a tener que levantar. Me levanto y veo la puerta del dormitorio abierta, ¡qué raro!, ¿no la había cerrado Víctor?, me acerco al salón y le pregunto  a Miguel por Víctor, "Aquí no está". uy uy uyyyy  a ver dónde la está liando ahora.

Primer sitio donde miro, la cocina, ahí está el horno, el lavavajillas, ¡los cuchillos!... ay ¿nos habremos dejado la puerta de la cocina abierta?, el sudor frío que me cae... abro la puerta y no está ahí, ¡menos mal!. Voy mirando puerta por puerta hasta que vuelvo al dormitorio y abro la puerta del baño...
Creo que no me he puesto suficiente vaselina.
"¡¡¡Bribón!!!, ¡ahí estas!" y claro que no gritaba, ni lloraba para que le abriese, porque estaba MUY entretenido. Había cogido la vaselina y se la estaba untando por TODA la cara. Le encanta la vaselina, se la ponemos en la nariz para que no se le irrite cuando le limpiamos los moquetes. Sabe donde está guardada y sabe abrirla, por eso no se la dejamos.
Poniéndose más vaselina.
¿Quién había dejado la puerta del baño abierta?, ¿habrá sido Miguel?, ¿quizá yo?, ¿los espíritus de Los Otros, acaso?. No nos podemos despistar, tenemos que cerrar todas y cada una de las puertas de la casa en cuanto salimos de las habitaciones.
Poniendo vaselina a la mami para que tenga los morritos suaves suaves.
¿Qué costumbres tenéis en vuestras mansiones para que no os la líen? 

viernes, 6 de febrero de 2015

Historia de dos años de lactancia. Superando problemas (Parte III: Otros problemas que surgen).

Ya os he contado el mal inicio de lactancia que tuve y luego mi problema con la mastitis subaguda que me duró nada menos que dos meses.

Después de todo esto, los problemas que vinieron luego eran insignificantes en comparación:

- hipotiroidismo, me lo empezaron a tratar en el embarazo (aunque ya lo tenía diagnosticado de antes), al parecer es uno de los motivos por los que se puede tener hipogalactia si no es tratado adecuadamente, esto es ausencia o disminución significativa de la producción de la leche. Yo tenía leche, no sé si mucha o poca pero tenía, lo sé porque he podido alimentar a Víctor con LME hasta los 6 meses. También es cierto que Víctor ha mamado siempre mucho y muy frecuentemente, se podía pasar más de una hora seguida en una teta y luego pedirme la otra y estar otra hora seguida mamando, descansar unos minutos y volver a empezar. Le tenía todo el día y toda la noche al pecho, casi sin descanso. No se si esto es por la Alta Demanda, por el hipotiroidismo o una mezcla de ambos factores.
Víctor gordito tras 6 meses de Lactancia Materna Exclusiva.
- las crisis de lactancia (como me había informado mucho no me preocupaban). Si os interesa saber sobre éstas crisis en la web de Alba Lactancia lo explican de maravilla.

- obstrucciones de conductos mamarios, me ocurrió varias veces y por distintas causas, sobre todo al inicio de la lactancia, a veces me pasaba con algún sujetador de aros que impedía el paso de la leche y se me ponía el pecho duro por algunas zonas, se solucionaba cambiando de sujetador (¡está claro!) y poniendo a Víctor al pecho para que me drenara la zona, otras veces era por una mala succión o por pasar más tiempo del normal sin darle el pecho.

- a veces parecía que estábamos en lucha libre en vez de dando el pecho: patadas, manoteos, pellizcos, se arqueaba, se retorcía, trepaba por encima de mí... y todo esto agarrado al pecho (os podéis imaginar los tirones que me daba). Muchas de estas cosas aún las sigue haciendo, vernos es todo un espectáculo.

- los mordiscos con los primeros dientes, tan fácil cómo ponerme seria con él, decirle que eso no se hace y quitarle el pecho cada vez que lo hacía... Sólo lo tuve que hacer 3 ó 4 veces y se quedó con la copla.

- cuando le salieron los dientes de arriba me los clavaba en la areola, no por morder sino porque agarraba con fuerza apoyando sus dientes en mi pecho. Ahí me aconsejaron poner esparadrapo en la zona de la areola donde clavaba los dientes, aunque nunca llegué a hacerlo igual a alguien le sirve. Al final son todo fases y con el tiempo dejó de dolerme.

- el destete nocturno que hicimos para descansar un poco por las noches.

- los "problemillas" de la lactancia materna prolongada.

Después de dos años y de todos los problemas aún seguimos con la lactancia, a cabezota no me gana nadie.

Igual os preguntáis por qué he seguido con la lactancia después de leer por todo lo que he pasado. La lactancia tiene muchas beneficios, tanto para el bebé como para la madre, pero lo que realmente me ha motivado a continuar con la lactancia son los beneficios que aporta para su salud (y también para la mía).

Los que me conocéis en persona sabéis que siempre he tenido muchos problemas de salud, alergias, asma, sinusitis, catarros continuos que terminan en bronquitis... Con unos genes así os podéis imaginar lo que me preocupaba dejarle como herencia a mi hijo, así que los anticuerpos y la inmunidad que le doy a mi hijo a través de la lactancia es mi motivación principal y mi regalo para su futuro.

Más motivos para continuar con la lactancia: porque es el alimento FAVORITO de mi hijo (muchas veces después de tomar teta dice "Ummmm, ¡qué riiiica!"), le calma cuando está nervioso (le tranquiliza en situaciones de estrés, por ejemplo cuando está en lugares nuevos o con gente desconocida), le ayuda a relajarse para dormir, es la manera que tiene de hacer las paces conmigo cuando hemos discutido (se siente muy querido al pecho), es el único alimento que acepta cuando está malito y a mí me da tranquilidad saber que está hidratado y alimentado... Por estos motivos y otros que me dejo... ¡VIVA LA TETA!.

Parte I: Un mal inicio de lactancia
Parte II: Mastitis subaguda

Que levante la mano quien NO haya tenido problemas en la lactancia.
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martes, 3 de febrero de 2015

Historia de dos años de lactancia. Superando problemas (Parte II: Mastitis Subaguda).

En este post os cuento cómo viví mi primer mes de lactancia, con unos fuertes dolores que me hacían llorar cada vez que Víctor se enganchaba a mi pecho.

Desesperada contacté con Juan Miguel Rodríguez, que me citó en seguida, él trabaja en el departamento de Nutrición Humana (Dpto. Nutrición, Bromatología y Tecnología de los Alimentos).

A mí lo de conducir por la ciudad no me gusta nada y menos llevando a un bebé de un mes conmigo, pero estaba tan desesperada que no me lo pensé y acudí a la cita. Me tuve que extraer unas gotitas de leche de cada pecho para analizarlos por separado y volví a mi casa a esperar los resultados.

Los resultados del análisis de mis muestras fueron los siguientes:

Pecho derecho:
Streptococcus mitis: 20.000/ml
Staphylococcus epidermidis: 17.500/ml
Streptococcus spp: 5.000/ml

Pecho izquierdo:
Streptococcus spp: 1.000/ml
Staphylococcus epidermidis: 750/ml
Streptococcus salivarius: 100/ml
Enterococcus spp: 50/ml
Staphylococcus aureus: 50/ml

Normalmente, la concentración de bacterias en la leche humana es inferior a 800/ml, y en el caso de Staphylococcus aureus deberían estar a una concentración  inferior a 50/ml.

Tenía mastitis subaguda. He de decir que hasta que no leí a No soy una drama mamá no sabía que se le llamaba así, pero lo que ella cuenta es justo lo que me explicaron en Bromatología tras ver mis resultados:

"Si la concentración bacteriana rebasa los límites biológicos, la presión que ejerce la leche sobre los conductos es mayor. A esto se le llama mastitis subaguda. El hecho de que no se suelan acompañar de enrojecimiento ni de otros síntomas, como la fiebre, confunde frecuentemente el diagnóstico y provoca que se trate de un problema tan infravalorado, como infradiagnosticado."

No quiero poner el tratamiento concreto que me dieron, porque supongo que cada caso será distinto y siempre hay que consultar con los especialistas y nunca auto-medicarse. Simplemente decir que en mi caso en vez de antibióticos me dieron probióticos combinados con anti-inflamatorios.

Pasó un mes hasta que empecé a sentir mejoría, mientras tanto me tenía que pasar por Bromatología para que me dieran los probióticos que mejor iban en mi caso. Por cierto, a mí no me cobraron nada por los análisis ni el tratamiento, supongo que por formar parte de la investigación.

Dos meses con mastitis subaguda, pero al final la superé.

Los problemas de lactancia que tuve a partir de aquí eran nimiedades en comparación. Lo contaré en el próximo post.

Parte I: Un mal inicio de lactancia
Parte III: Otros problemas que surgen

¿Has pasado por problemas de mastitis en tu lactancia?
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